Solo en el territorio de Bulgaria se da los amplios beneficios de los probióticos “Lactobabilus Bulgaricus”, Trasladada a otras latitudes, la bacteria se transforma y, aunque el yogur obtenido con esa misma bacteria tiene un sabor similar al del yogur Búlgaro original, sus propiedades no son las mismas perdiendo incluso su capacidad para retrasar el proceso de envejecimiento
Existen estudios científicos que acreditan que hace 4000 años, los Tracios (los antiguos Búlgaros) estaban ya familiarizados con el yogur. Desde Tracia, el producto se introdujo en Turquía, y luego en Asia Menor y en la totalidad de la Península Balcánica. El Premio Nobel, reconocido científico ruso y fundador de la ciencia de la inmunología, Ilia Mechnikov, describe al yogur Búlgaro como un excelente agente antienvejecimiento. La bacteria que contiene éste, ataca, bloquea y neutraliza las toxinas, depurando el organismo. La bacteria causante de la fermentación láctea fué descubierta en 1903 por el doctor Búlgaro Stamen Grigoroff, quien publicó y presentó su trabajo científico dedicado al yogur Búlgaro ante el Instituto Pasteur de Paris, Francia. En su honor, la nueva bacteria descubierta fué llamada inicialmente “Bacterium Bulgaricum Grigoroff”, aunque después pasó a denominarse “Lactobabilus Bulgaricus”. La bacteria, como afirmaba el científico, bloquea la proliferación de bacterias patógenas, con lo que retrasa el proceso de envejecimiento del organismo humano. Lo más sorprendente es que la “Lactobabilus Bulgaricus”, desarrolla las citadas cualidades y características sólo en el territorio de Bulgaria. Trasladada a otras latitudes, la bacteria se transforma y, aunque el yogur obtenido con esa misma bacteria tiene un sabor similar al del yogur Búlgaro original, sus propiedades no son las mismas perdiendo incluso su capacidad para retrasar el proceso de envejecimiento. Por consiguiente, se hace necesaria la adquisición del agente fermentador Búlgaro original. Hay 21 países de todo el mundo que compran este agente a Bulgaria. El principal consumidor de yogur Búlgaro (exceptuando por supuesto a la propia Bulgaria), es Japón. En 1972, la corporación Japonesa “Meidji Group” compró la licencia para producir yogur Búlgaro. En 2002 esa licencia se ha renovado por 20 años más. Los Japoneses consideran al yogur Búlgaro como uno de los tesoros más grandes de Bulgaria, y consumen anualmente 200.000 toneladas de este producto, realizando la fermentación con el agente original comprado en Bulgaria. “Kuup Schweiz” consiguió en 1997 la exclusividad para el mercado Suizo. Otros países a los que se exporta el agente fermentador original, son Francia, Alemania, Corea del Sur, etc. El descubridor de la bacteria, el doctor Stamen Grigoroff, trabajó en distintos países Europeos antes de regresar a Bulgaria, donde comenzó a trabajar en la investigación del cólera. Combatió las enfermedades de sus pacientes, haciéndoles comer rebanadas de pan enmohecido cubiertas con el hongo de la penicilina. Sin embargo, no fué él quién descubrió la penicilina; lo hizo el Británico Alexander Flaming no mucho después. Luego, el doctor Grigoroff trabajó en un hospital de Milán en Italia. Finalmente, falleció en Bulgaria en 1945.