Bifidobacterias, acompañándonos de principio a fin

Las bifidobacterias, descubiertas en 1899 – 1900 por el doctor Tissier, del Instituto Pasteur de Francia, son los microorganismos dominantes en la materia fecal de bebés alimentados con leche materna y se encargan de suprimir los microorganismos patógenos del intestino a través de un sistema de autolimpieza.

Durante la vida prenatal el feto vive en un ambiente completamente estéril, pero al momento del parto viene a contaminarse con la flora vaginal y fecal de la madre, y luego con las bacterias del medio ambiente, esto da como resultado una colonización rápida del tracto intestinal con una flora microbiana muy diversa. Las Bifidobacterias aparecen en las deposiciones de los bebes lactantes después de dos a cinco días, estableciéndose una microflora relativamente estable.

La flora intestinal se caracteriza por una alta actividad enzimática: descompone algunos compuestos de los residuos alimenticios, compuestos biliares y otros. Además, producen ciertas vitaminas. Por otra parte representan un papel importante en la estructura intestinal del huésped y en factores de resistencia (sistema inmune y resistencia a infecciones intestinales)

Cuando el balance de la flora intestinal está en equilibrio, ésta ejerce un efecto protector contra infecciones intestinales. Las bifidobacterias representan un papel importante en la limpieza del ambiente intestinal. Esto se demostró en un estudio de dos grupos de niños, unos alimentados con leche adicionada con bifidobacterias y factores promotores, y un segundo grupo con leche de vaca, presentando los niños del segundo grupo una tendencia ocho veces mayor a infecciones intestinales. Sin embargo, el pequeño porcentaje de microorganismos patógenos es de gran importancia, ya que van a tener en alerta al sistema inmunológico, reactivando las defensas locales, en cada parte del tracto digestivo.

Por último se ha encontrado que las bifidobacterias son particularmente efectivas para aliviar la constipación y las lesiones hepáticas.

En cuanto al efecto protector sobre el hígado, debe tenerse en cuenta que este órgano es la planta química del organismo, ya que allí se realizan una gran cantidad de funciones bioquímicas. Una de ellas es descomponer y desintoxicar las sustancias venenosas absorbidas por el intestino delgado. Como ya fue mencionado la microflora intestinal hace parte de este trabajo, pero si se llega a presentar un desequilibrio microbiano, esto recargará el trabajo del hígado, de forma que la predominancia de las bifidobacterias ayudará a inhibir el crecimiento anormal de los patógenos reduciendo el trabajo hepático.

Cuando el individuo envejece, se detectan cambios en la composición de la flora intestinal: Las Bifidobacterias se reducen y los Clostridios, enterobacterias y Estreptococos aumentan. Esto se debe usualmente a la disminución de la secreción del ácido clorhídrico. Debido a esto se producirán sustancias tóxicas que no lograrán ser degradadas en su totalidad, acumulándose en los vasos sanguíneos, como en el caso del colesterol

Para evitar esto es necesario llevar una dieta alimenticia adecuada donde se debe ingerir en forma continua y constante altas dosis de bifidobacterias, con el fin de elevar este grupo bacteriano. En tanto se logre mantener las bifidobacterias dominantes en la microflora se inhibirán las bacterias patógenas, lográndose normalizar los procesos de envejecimiento.

Las bifiídobacterias no solo están presentes en infantes, también nos acompañan por el resto de nuestra vida haciéndonos más fuertes y sanos. Su presencia evitará grandes riesgos para nuestra salud. Consúmelos!